Capítulo 3: Revolución Solar

“No hablar de más”, “Si tu jefe te maltrata, respirá diez veces y luego respondé: Enseguida preparo el informe, Doctor”, “Si los empleados están en pelotudos, ignorarlos, ¡No insultarlos!”, “No discriminar, esto no hace a los peruanos menos feos”, “Si llama Mercedes para invitarte a salir, decí NO. No caer en la trampa”, “Si Quique te invita a La Puerca, decí NO. No caer en la trampa”.

Repasé todos los ayuda-memoria que fui pegando en la puerta de mi habitación desde que vivo en este departamento, hace ya tres meses. Como era sábado me pareció estúpido el que se refería a mi jefe y estuve a punto de sacarlo, pero finalmente lo dejé porque era altamente probable que el lunes lo necesitara de nuevo. Todos estos carteles me ayudan a ser cada día una mejor persona. Estoy en esa búsqueda, por decirlo de algún modo. 

La cita era a las diez de la mañana en Hipólito Yrigoyen y Loria, a unos pasos de la facultad de Psicología.

Que una vieja me advirtiera antes de llegar que todos saben todo, que tenga cuidado porque andan sacando fotos que después circulan por Internet y que el que mal anda mal acaba, me dio escalofríos. Vergüenza sentí cuando la vieja, advertencia va, advertencia viene, se levantó de repente la pollera genérica cosida a mano y me mostró sus piernas, diciéndome que como ella tenía las piernas muy delgadas y lindas habían usado su imagen para publicidades que no había autorizado. Y cuando digo vieja digo 84 años. Y cuando digo vergüenza digo que tenía a media facultad de Psicología enfrente viendo cómo le miraba las gambas a la vieja, que insistía en levantarse la pollera cada vez más y mostrarme bien las piernas. Lo que me falta. Quedar como una torta mirona come viejas.

Le dije que sí, que ella tenía razón, que todos saben todo, y que hay que cuidar la imagen, y llegué a destino con la frase “el que mal anda, mal acaba” resonando en la cabeza. ¿Será un mensaje para mí? El que mal anda, mal acaba; el que mal anda, mal acaba, ¿El que mal anda, mal acaba?

Piso trece, departamento “A”. No estaba nerviosa en absoluto, sí muerta de frío y con vestigios de una gripe obstinada que el Qura Plus no había logrado matar del todo. (Tos catarrosa) – Hola Soy Malena, tenía turno a las diez. – Hola, ¿Alguien te abre?  – No veo a nadie. – La puta madre, ahí bajo.

“¿La puta madre ahí bajo?”. Pero ¿Qué clase de astróloga es esta? Ya estaba a punto de irme, de llamarlo a Quique para insultarlo por habérmela recomendado y mandar todo al demonio; pero la fulana ya tenía demasiados datos míos: Fecha y lugar de nacimiento, horario de nacimiento (corroborado con la partida de nacimiento), nombres de padre, madre, amigos, y un listado de preocupaciones o inquietudes que quisiera despejar. 

            Un portero me abrió la puerta y no supe qué hacer. Si subía al departamento tal vez ella ya hubiera bajado a buscarme. Si bajaba y me veía en el hall, me preguntaría: ¿No era que no te abrían? Subí al 13, toqué timbre y no estaba. La esperé en la puerta. Cuando llegó y me vio, me odió, pero mi estado gripal hizo que sólo dijera: “Al final me abrieron, sorry”. Y me volvió a odiar.

             El departamento no tenía pósters de planetas pegados en la pared ni veladores de sal del Himalaya. Tampoco había un gato negro y rechoncho sentado en la mesa. Quique me había engañado, qué marica pelotuda. Estaría riéndose de mí sabiendo que yo estaba ahí, con María Isabel Casanovas, esperando un escenario epifánico y encontrando –desilusionada- un departamento hippie, con cama Simmons de una plaza haciendo de sofá, cubierto por un tapiz mapuche o de alguna otra comunidad originaria, un calefactor móvil del tamaño de un lavarropas, un televisor LCD Samsung nuevo sobre una mesa vieja de madera y una gata Bengalí que jugaba en el piso de Parquet con un corcho Santa Ana. Ella, una señora que ronda los cincuenta y la gordura, tiene el pelo castaño oscuro y no tiene turbantes ni nada por el estilo. El único accesorio es un reloj Election. Tiene una remera de modal violeta sin marca y un pantalón tipo Palazzo del mismo color: Un insulto a la moda, pensé mientras dejaba mi gamulán Cuesta Blanca en la cama-sofá.

–          Malena, primera vez, ¿No?

–          Sí. Me contó Quique que había venido y bueno, la verdad es que me dio intriga. Te mandé un correo con algunas preguntas como me pediste.

–          Sí, las vi. Muy bien detalladas. ¿Vas a grabar con algún dispositivo?

Otro detalle importantísimo que Quique no me había dicho. Se podía grabar. Y yo no tenía con qué. 

–          No, no traje. No sabía que se podía. Qué pena. Tengo un grabador Aiwa pedorro que me hubiese servido. 

–          Bueno no te preocupes, cualquier cosa que te olvides me lo preguntás por mail. Malena, vamos a comenzar con tu carta astral y luego con tu revolución solar que es la actualización de tu carta. ¿De acuerdo?

–          Chino básico.

–          La cosa es así: Cada persona nace bajo un cielo determinado y único para ese momento del nacimiento. Esa es tu carta astral o natal. Es decir que tu carta astral representa el cielo en el momento de tu nacimiento, ese día a esa hora específica. La revolución solar es la actualización de ese cielo en la edad que tenés ahora…Veinticinco

–          ¿Eso marca mi destino?

–          Nada marca tu destino, sólo que el cielo en el momento de tu nacimiento y las actualizaciones de ese cielo, hacen que existan predisposiciones a que te ocurran determinados sucesos en determinados momentos de tu vida. Pero siempre, en la consulta astrológica se habla de probabilidades y no de certezas. Y esto sirve para que podamos torcer, evitar, posponer o hacer algunas cosas cuando el cielo está apto o más liviano para esas cosas. ¿Se entiende? 

–          Entonces ¿Vos me podés decir “hacé esto” o “no hagas aquello” en función a mi carta?

–          No. Digamos que yo te voy a decir para qué estás pre-dispuesta, y vos vas a decidir qué hacer y qué no hacer.

–          ……

(Cuatrocientos cincuenta pesos al tacho, volumen I)

–          Malena: Sos de géminis. El signo de la transmutación, la inteligencia, la creatividad. ¿Hacés alguna disciplina artística?

–          Nada más lejos: Soy farmacéutica.

–          Mirá vos. Pero bueno, desarrollás drogas, creás formulaciones, hacés algún preparado…

–          No. Hago trabajo administrativo en un laboratorio de especialidades medicinales.

–          ¿Y te interesa la ciencia, quiero decir, la investigación?

–          La verdad que poco. Estudié farmacia porque mis tíos tenían una y estaban forrados en plata. Después, cuando ya estaba en cuarto año, me enteré que mi tío tenía plata porque había heredado una chacra en Chivilcoy donde había buena tierra para la soja, pero no por la farmacia. Yo igual la seguí porque ya me faltaba poco.

–          …….

–          Pero me gustaría hacer un curso de fotografía ahora que terminé la carrera.

–          Muy bien. Sí, eso te lo recomiendo porque como te decía, sos géminis. Tu sol está ahí. Vos ahora tenés a Tauro, tu luna, predominando, y por eso sos tan terrenal, te aferrás a lo seguro, al trabajo en relación de dependencia, a las relaciones. Pero tenés una buena distribución de elementos en tu carta. Tenés 10 de fuego, 45 de tierra, 20 de agua y 25 de aire. Esto es muy bueno porque te da versatilidad, aunque siempre con una sobrecarga de tierra. Veo que tenés también una acumulación de planetas en la casa 8: La casa de los recursos materiales, que coincide con tu elemento preponderante. Esto quiere decir que más tarde, más temprano vas a tener dinero.

–          ¿Y esto para cuándo sería más o menos?

–          No, no es que aparece de la nada en determinado momento. Es una característica de tu carta natal. Habrá que ver qué estás haciendo vos para que se de. No es mágico.

–          ………

(Cuatrocientos cincuenta pesos al tacho, volumen II)

–          Esto es muy bueno. Habrá que concentrarse en el trabajo, en crecer profesionalmente. Por otro lado, en la casa 2, la casa del matrimonio veo dos grandes momentos en tu vida amorosa. Esto puede significar dos matrimonios o dos momentos importantes con una misma persona.

–          ¿Hombre o mujer?

–          ¿Cómo hombre o mujer?

–          Claro, si sale ahí si va a ser un hombre o una mujer.

–          Eh, no acá no sale eso. ¿Vos salís con hombres o con mujeres?

–          Y… A veces con hombres, a veces con mujeres. Ahora estoy saliendo más con mujeres… Pero me va igual de mal con ambos sexos.

–          Bueno, acá en la carta no parece que haya ningún inconveniente para relacionarse. En donde sí existe una línea roja, ¿Ves acá? es en la relación maternal. Estas líneas rojas son relaciones que no se dieron de forma armoniosa.

–          Pero está toda roja la carta, ¿Son todas de mi relación maternal? 

–          No, son varias. Son relaciones mal dadas. No es tu culpa, obviamente, y se puede mejorar con terapia, yoga y otras actividades que te voy a ir diciendo.

–          Yo voy a terapia desde los quince. Ya me parecía que había algo kármico con las relaciones.

–          No, no, no hay nada kármico. Yo no dije eso. Dije que las líneas rojas son relaciones mal formadas, no armoniosas, pero que se pueden corregir.

–          Bueno, veremos. Pero a esta altura si después de nueve o diez años de terapia salen tantas líneas rojas, no sé qué más tengo que hacer…

Ahí fue cuando pensé en Quique otra vez, en lo contento que había salido de su consulta astrológica. Y yo estaba ahí enterándome que por algún planeta siniestro tenía mi carta natal repleta de líneas rojas como los punteros láser del boliche. Y que si bien tengo todas las posibilidades de ganar mucha plata, como estoy en Tauro y no en Géminis y eso quiere decir – indefectiblemente- que estoy en la industria farmacéutica en vez de en la artística, no estoy haciendo que la cosa funcione. Para resumir: Donde no me caga el destino, me cago yo.

–          No te desanimes, sos muy joven todavía. Con respecto a la actualización de tu carta, ahora en tus veinticinco, veo que hay una altísima posibilidad de que conozcas a alguien. Esto es muy bueno también. Es una relación que parece que va a ser larga, que conocés en el ámbito de una casa de estudios, o algún nuevo estudio. ¿Haces algún curso actualmente?

–          No, pero con Quique nos queríamos anotar en un posgrado de medical devices.

–          Sí, sí, te lo recomiendo definitivamente; es muy clara la carta en este aspecto. Sale que podés llegar a conocer a alguien para el mes de Octubre.

–          ¿Pero en este curso que te digo yo?

–          No sé, esa información no sale. Tampoco si es hombre o mujer.

–          ……..

(Cuatrocientos cincuenta pesos al tacho, volumen III)

–          La macana es que como para ese mes Venus se posiciona sobre tu sol, la relación que se forma es de carácter plutoniano y por lo general este tipo de relaciones son pesadas, con muchos celos, paranoias, persecutas; son esos tipos que te llenan de mensajes, te celan, te persiguen. O al revés.

–          ¿Cómo al revés?

–          Claro, que la que persigue, la que cela, la que ahoga puede que seas vos.

–          No, eso no lo creo.

–          Nunca se sabe….Y ¿Qué feo, no? Porque uno ¿Qué más quisiera que tener una relación linda, compartir, tener confianza? Pero bueno, a algunos les toca vivir esto. Por eso te recomiendo terapia de pareja, para evitar situaciones desagradables.

–          Pero ¿Terapia de pareja desde el comienzo o espero a tener problemas?

–          No, bueno, vos andá fijándote. Eso manejalo vos.

–          ¿Y la terapia tiene que ser alguna en especial? ¿Geltástica, conductista, lacaniana?

–          Puede ser cualquiera, no sé. De todas maneras, no todas son pálidas porque en una segunda pareja o una segunda etapa de esa misma relación viene una con rasgos saturnianos. Las relaciones con sol en Saturno se caracterizan por el compañerismo, la comprensión, el equilibrio. Esto te pasa alrededor de los 42 años, cuando abrís el nuevo ciclo.

–          ¿A los 42? ¿Y hasta esa edad voy a padecer la relación plutoniana?

–          Y según la carta, sí, pero como te dije, vos podés hacer terapia, desarrollar una buena comunicación con la persona, hacer que él también haga consultas astrológicas.

–          O ella.

–          ¿Cómo?

–          Digo que “él haga” o que “ella haga”.

–          Sí, sí. En cualquier caso…

–          Bueno, lo voy a tener en cuenta….Qué re-cagada…. María Isabel, con respecto a las preguntas que te mandé, ¿Podemos chequearlas ahora?

–          Sí, claro. A ver son cuatro preguntas. Tuve que estudiar bien tu carta ayer. Tus preguntas fueron muy concretas. Leé la pregunta de acá, yo te voy respondiendo. 

–          Sí dale, así de paso las releo porque ya me había tomado el cuartito de Clonazepam cuando te mandé el correo. Ahí va la primera: “Considerando que hace ya más de tres años que no tengo pareja y que las últimas relaciones fueron casuales, ¿Puedo considerar que es parte de mi destino ser soltera por el resto de mi vida y tener que sublimar los deseos sexuales con alguna disciplina artística? Al principio mencionaste esto de una disciplina artística. Evidentemente no estoy tan lejos, ¿No? 

–          Esto no es tan así. La disciplina artística sí te la recomiendo porque tu búsqueda debería estar orientada al buen vivir y no sólo al vivir. Y para ello debés vencer tu luna en Tauro y desarrollar tu sol en Géminis, para estar en plenitud. Tauro te tira para atrás, te hace ser un poco aparatosa, durita, sin ánimos de ofender, te hace un poco inflexible. Y Géminis, en cambio, tu signo por excelencia, tu sol, carga tu misión en la vida

–          Que sería…

–          Que sería, que sería…yo no sé lo que sería. Eso tampoco está en la carta. Vos tenés que descubrirlo.

(Cuatrocientos cincuenta pesos al tacho, volumen IV)

–          Claro pero evidentemente la farmacia no es, porque voy a ser sincera, yo me sentí aliviada cuando terminé de estudiar, pero no feliz lo que se dice feliz, como la mayoría de mis compañeros, que disfrutaron los huevos, la harina, la fiesta de graduación y esas cosas. Yo enrollé el título, lo tiré bien al fondo del placard junto con la ropa de verano y a otra cosa mariposa.

–          Por eso te comentaba que tenés que buscar tu sol. Y la respuesta a tu pregunta es: No. No vas a morirte sola. Al menos las probabilidades de que eso suceda son casi nulas.

–          Pero mirá que yo soy la reina de las excepciones. ¿Vos me podés asegurar esto?

–          Mirá, las únicas garantías que vas a tener en la vida, y no te lo digo como astróloga sino como cualquier hija de vecino, son las que te vienen en una caja cuando te comprás un televisor.

(Con este comentario confirmé que el LCD Samsung era nuevito, nuevito)

–          Bueno, no importa, pasemos a la segunda pregunta que dice así: Hace dos años que mi nona amaga con morirse y nunca puedo irme de viaje con amigos para año nuevo porque siempre puede ser el último año de la nona viva. ¿Se ve algún deceso en la familia?

–          No. No se ve ninguna pérdida familiar. Parece que vas a tener que posponer un tiempo más las vacaciones con tus amigos o convencer a tu familia de que la nona tiene rollo para rato.

–          Y sí, algo voy a tener que hacer con esto. Vamos con la tercera: Trabajo duro desde mis diecinueve años y ahorro plata desde entonces. Las fluctuaciones del dólar hicieron que hoy tenga la misma cantidad de dinero ahorrado que hace cuatro años atrás. Considerando que voy a seguir viviendo en la Argentina, ¿Me conviene dejar de ahorrar y vivir el hoy o algún día me voy a poder comprar una casa?

–          Bueno, la verdad es que es una pregunta difícil. Voy a basarme en lo que dice tu carta. Tu carta dice que vos lográs tener dinero en algún momento, que no sabemos cuándo. Para eso hay determinadas zonas que deben activarse y se necesita tiempo. Vos no entraste aún en la adultez astrológica, con lo que por más que hagas mucho esfuerzo, es posible que antes debas pasar por algunas experiencias que evidentemente tienen enseñanzas para vos. Yo te diría que ahorres lo que puedas, te concentres en el trabajo y disfrutes también.

(Cuatrocientos cincuenta pesos al tacho, volumen V)

–          Última y no te molesto más. De chica yo quería ser escritora, pero cuando mi madre se enteró de esto me dijo que me iba a morir de hambre. Después pasaron los años y me anoté en farmacia y todos estuvieron muy contentos. ¿Se ve algún tipo de talento con el tema de la escritura en mi carta? ¿Podré dedicarme algún día a la escritura? 

–          No se ve nada de eso ni en la carta natal ni en la revolución solar. Ojo. Esto no quiere decir que no puedas escribir ni mucho menos, pero las probabilidades de que te dediques a la escritura son casi nulas. Yo creo que vos tenés que enfocarte en perseguir tu sol y saber cuál es tu misión en la vida.

–          Clarísimo. Me da paz saber que no tengo que hacer nada al respecto. Siempre me había quedado esa espina. Muchas gracias por todo ¿Cuánto te debo?

–          Serían quinientos veinte Malena.

(Me cago en mí, en Quique, y en la astrología)

–          Muchas gracias. ¿Me abrís abajo?

–          Bajá, bajá tranquila, sale gente todo el tiempo así que no creo que esperes mucho.

Bajé los trece pisos un poco llorando y otro poco puteando. Esperé en el hall 34 minutos de reloj hasta que la vieja loca que me había mostrado las piernas me abrió la puerta desde afuera. En el camino llamé a Quique para organizar la previa del boliche e incumplir uno de los ayuda-memoria de la puerta. Al fin de cuentas, me esforzara o no, había una altísima probabilidad de incumplimiento tarde o temprano; al menos hasta alcanzar mi adultez astrológica. 

5 pensamientos en “Capítulo 3: Revolución Solar

  1. A veces los $450 rinden más en tus manos que en el bolsillo interplanetario de una media oficial cósmica; al igual que la oreja de un amigo resulta más productiva que la presencia de una camisa Legacy o Polo Ralph Laureant o la que sea siempre manteniendo ese standard. Muchas cosas rinden más, como esta madrugada aún oscura que a causa de la lluvia la sonorizan los zorzales; el silencio y la ciudad aún despoblada por pocas horas más mientras duerme el grueso general, se presta para buscar esa respuesta que de pedo o a causa de mucho esfuerzo se puede obtener, así solo, gratis y en cuero. El mate y algún otro aderezo puede ser de gran ayuda, aunque no imprescindible.
    Así sería «a mi modo de ver».

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  2. Yo creo (casi convencida) que $450 en las manos de Malena pueden durar lo que dura un pedo en una bolsa. Nada. Y amigos solo tiene uno: Quique, imagínate. Con lo que, a mi modo de ver, para este personaje, la astrología, su terapeuta, y más adelante su posgrado, son imprescindibles. La astrología para buscar respuestas que ni la farmacia ni su terapeuta evidentemente les dio. El terapeuta para (in) validar sus conclusiones erráticas, y un posgrado para no soltarse tan de repente de esa baranda estructurada y recta que le permitió pensar en algo distinto a las marcas y su ombligo (Hablo de su carrera universitaria). Gracias por el ida y vuelta.

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